jueves, 2 de abril de 2009

Altura

No quiero pecar de general después de la batalla, pero ni me alcancé a entusiasmar con la selección dirigida por el Diego, o acaso una goleada a Venezuela son suficientes bonos.
Tampoco me siento a ver caer al Diego. No puedo ocultar que por Maradona siento un tremendo cariño, lo quiero, en muchas cosas lo admiro, pero no es mi ídolo, no significa nada místico o algo por el estilo. En muchas cosas me da risa y quizás en más me da mucha pena, como persona, como un tipo que quizás sintió que tocaba el cielo con las manos, y que no tenía límites para nada. Del mismo cielo es donde arriesga caerse ahora.
Cuando asumió no pude ocultar una mueva de satisfacción, porque el tipo se lo merece por todo lo que ha hecho por el fútbol argentino, dejando de lado cualquier asociación a las cagadas que también se mandó y que muy mal nos hicieron.
Me da lo mismo que le serruchó el piso a Basile, porque con el coco no ibamos para ningún lado y los jugadores no lo bancaban. Pero en lugar de armar un equipo de trabajo sólido, lo llama a Mancuso. Todo bien con Mancuso, jugaba bien y todo, pero la experiencia en la dirección no la tiene nadie acá.
Viendolo dirigir se me empezaron a atragantar algunas cosas. La defensa no se sabe parar, el equipo descansa en las individualidades, la estrategia no queda muy clara, al mediocampo le falta sustancia, Heinze no puede jugar, Jonás tampoco, no hay lateral izquierdo, etc.
Ojalá empiecen a llegar algunas soluciones, tenemos paradas bravas de las que se sale con fútbol y con muchos huevos. No me imagino siquiera no ir a un mundial, no está en ningún libro. Como tampoco estaba perder así con Bolivia. Nada contra Bolivia, pero simplemente no se puede.
Y no hablen de altura. Chile va a jugar a la altura y se caga de risa.
Diego, la selección no es joda. Pusiste a correr a un equipo sin pensar en nada, con esos jugadores no se puede hacer ese papelón. Para dirigir se estudia, se trabaja, se ensaya y se resuelve. Ninguna de estas cosas se vio. Y el crédito se te va a ir acabando. Tenés que cerrarle la boca a todos, sobretodo al pelotudo de Grondona.
Con esta altura sí que vamos a estar un poco apunados, sin duda, pero al menos se podría disfrutar de un mareo mirando buen fútbol. Insisto, con estos jugadores no se puede jugar mal.
Basta de poesía, basta de puñales, y a laburar en serio.